Crecimiento rápido vs. sostenibilidad en PYMEs

Un crecimiento demasiado veloz puede hacer tambalear los cimientos de una PYME si no se planifica con cautela.

En el mundo de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), crecer rápido suele verse como el sueño dorado. Un aumento vertiginoso de ventas y expansión de mercado suena ideal, pero no siempre es sinónimo de éxito. De hecho, casi el 70% de las empresas de rápido crecimiento corren el riesgo de fracasar si no planifican adecuadamente su expansión​.

En contraste, el crecimiento sostenible implica avanzar a un ritmo controlado, consolidando cada logro antes de dar el siguiente paso. Esta disyuntiva entre crecer aceleradamente o de forma sostenida es un desafío central para muchos emprendedores.

Problema o desafío

El peligro del crecimiento rápido radica en comprometer la estabilidad del negocio. Una empresa que se expande demasiado deprisa puede ver afectada la calidad de sus productos o servicios y la satisfacción del cliente.

Además, puede enfrentar problemas operativos: falta de liquidez por inversiones desmedidas, sobrecarga de trabajo en el equipo o incapacidad para cumplir con la demanda. “Un crecimiento rápido puede sonar tentador, pero no siempre es sinónimo de éxito”, advierten expertos, subrayando la importancia de enfocarse en un crecimiento que no comprometa las actividades clave del negocio.

Un ejemplo claro fue el de Hawkers, la startup española de gafas de sol, cuyo rápido ascenso vino acompañado de pérdidas millonarias y deudas con proveedores, al punto que debió dar un giro drástico para salvar el negocio.

Historias como esta ilustran cómo una expansión desmedida sin base sólida puede llevar a una crisis repentina.

Soluciones estratégicas

Para equilibrar crecimiento y sostenibilidad, las PYMEs deben aplicar estrategias prudentes:

  • Fortalecer los cimientos: Antes de crecer, asegurar que la casa está en orden. Esto implica tener procesos eficientes, un equipo capacitado y una estructura financiera sana. Fortalecer las bases del modelo de negocio antes de expandirse es clave​.

  • Planificar y analizar: Desarrollar un plan estratégico de crecimiento con proyecciones realistas. Revisar regularmente los indicadores financieros ayudará a detectar a tiempo si algo se descarrila. Los negocios que realizan análisis periódicos de su rendimiento financiero pueden ajustar el rumbo antes de entrar en crisis.

  • Escalar gradualmente: Probar en pequeño antes de dar el salto en grande. Por ejemplo, expandirse a una nueva región o lanzar una nueva línea de productos de forma piloto, aprender de esa experiencia, y recién entonces acelerar.

  • Priorizar la calidad sobre la prisa: Asegurarse de que la satisfacción del cliente se mantenga alta. Un crecimiento saludable no sacrifica la calidad del producto/servicio en aras de ganar tamaño.

Casos de éxito

Muchas PYMEs han encontrado el equilibrio entre velocidad y sostenibilidad. Por ejemplo, una empresa familiar del sector alimentario en España optó por expandir sus tiendas poco a poco, región por región, únicamente después de optimizar su logística y cadena de suministro en cada etapa. Esta estrategia le permitió crecer durante décadas sin sobresaltos, consolidándose nacionalmente sin perder calidad ni incurrir en deudas insostenibles. En contraste con startups que queman capital para crecer rápido, compañías como esta financiaron su expansión principalmente con reinversión de utilidades, lo que les dio solidez financiera. Otro caso es el de una PYME tecnológica latinoamericana que rechazó varias ofertas de crecimiento acelerado mediante inversión externa, y prefirió enfocarse en ganar clientes de forma orgánica y establecer relaciones a largo plazo. A la postre, esa prudencia le permitió sobrevivir a crisis sectoriales donde competidores que se habían “inflado” demasiado colapsaron. Estos ejemplos muestran que crecer de forma sostenida y estratégica puede conducir a un éxito durable, mientras que crecer sin control eleva el riesgo de tropiezo.

Conclusión

El dilema crecimiento rápido vs. sostenible no tiene una respuesta única, pero la evidencia y casos analizados sugieren que para las PYMEs es vital sentar bases firmes antes de acelerar. Un crecimiento acelerado sin planeación puede traer gloria breve seguida de problemas, mientras que un crecimiento sostenible, aunque más lento, construye negocios resilientes. En conclusión, expandirse es positivo, pero cómo se hace marca la diferencia: las PYMEs que equilibran ambición con prudencia, y velocidad con control de calidad, son las que terminan prosperando en el largo plazo. Al final del día, crecer no solo consiste en ser más grande, sino en ser mejor – y eso implica crecer al ritmo adecuado.

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